La prensa internacional, comenzando por un muy buen artículo del períodico británico The Guardian, ha informado que supuestamente los líderes de Israel y Palestina estarían ad portas de reiniciar las negociaciones. Esta situación se habría alcanzado producto de las gestiones realizadas por el gobierno norteamericano de Obama y de la disposición de los gobiernos de Francia y Rusia a servir como facilitadores de un eventual acuerdo.
Se puede observar un mejoramiento en el clima de las relaciones, luego de la devastadora guerra que bañó en sangre esa conflictiva parte del globo entre fines de diciembre y principios de enero del año en curso. Sin embargo, las mismas fuentes informan que las bases de acuerdo aún estarían muy lejos de representar un avance en las aspiraciones palestinas. Por ejemplo, se informa que los asentamientos de colonos judíos difícilmente terminarían o, menos aún, se restituiría ese territorio a los palestinos. Tampoco habría acuerdo en ceder una parte de Jerusalén para situar eventualmente la capital de un Estado palestino. Por lo tanto, parece que el acuerdo al que se arrivaría simplemente representa la voluntad de disminuir las hostilidades por un tiempo, pero condicionado a la política interna de Israel que, con un Primer Ministro conservador (Netanyahu) y un Ministro de Relaciones Exteriores (Liberman) ultra-nacionalista, realmente no significan mejoras en la reivindicación palestina.
Se puede observar un mejoramiento en el clima de las relaciones, luego de la devastadora guerra que bañó en sangre esa conflictiva parte del globo entre fines de diciembre y principios de enero del año en curso. Sin embargo, las mismas fuentes informan que las bases de acuerdo aún estarían muy lejos de representar un avance en las aspiraciones palestinas. Por ejemplo, se informa que los asentamientos de colonos judíos difícilmente terminarían o, menos aún, se restituiría ese territorio a los palestinos. Tampoco habría acuerdo en ceder una parte de Jerusalén para situar eventualmente la capital de un Estado palestino. Por lo tanto, parece que el acuerdo al que se arrivaría simplemente representa la voluntad de disminuir las hostilidades por un tiempo, pero condicionado a la política interna de Israel que, con un Primer Ministro conservador (Netanyahu) y un Ministro de Relaciones Exteriores (Liberman) ultra-nacionalista, realmente no significan mejoras en la reivindicación palestina.
